Por Tony Raful.
La distinguida socióloga Rosario Espinal manifestó días antes de las elecciones del 5 de julio pasado, que si el PRM ganaba las elecciones, ese resultado confirmaría que nuestra sociedad era una sociedad de clase media, pero que si el PLD ganaba, entonces ese aserto demostraría que los sectores más pobres y humildes socialmente seguían siendo mayoritarios.
La idea era expresar que el Poder del Estado, sostenido en el clientelismo y las dádivas, no funcionaría con la clase media decidida a votar contra el continuismo político del PLD, y por lo tanto esa organización perdería las elecciones, pero que, por el contrario, esos recursos a emplearse, deshonestos y delictivos (la interpretación es mía), surtirían un efecto demoledor en los resultados desfavoreciendo a la oposición. ¿Qué es la pobreza? ¿Cuáles elementos concurren en el análisis metodológico para situar los índices de pobreza de un país? Factores diferenciadores son: el analfabetismo, el desempleo, la desnutrición, falta de servicios sociales, condición sanitaria deplorable, la educación y la emigración.
De estos factores, el desempleo sigue siendo catastrófico, la desnutrición tiene índices alarmantes, la falta de servicios sociales es conocida, las condiciones sanitarias de los servicios públicos es una vergüenza nacional, la mortalidad infantil en el país tiene un alto índice de mortalidad neonatal, siendo una de las tasas más altas de América Latina. Siete de cada diez dominicanos expresan la necesidad de salir del país en busca de mejores oportunidades.
A estos elementos hay que agregar la educación. Uno de cada tres jóvenes entre 18 y 25 años no terminan la escuela primaria y un tercio de los que terminan no acaban la secundaria El analfabetismo funcional hace horizontes, independientemente de la creación de centros educativos superiores. La estadísticas sobre la educación dominicana de organismos internacionales nos deja muy mal parados. Según datos del Ministerio de Economía y Desarrollo del 2016, el 30.5% de la población se encuentra bajo el umbral de pobreza. Hablamos de 3 millones de personas. La pobreza extrema gravita alrededor de 700,000 a un millón de seres humanos. Existe una acentuada desigualdad social.
El gasto social sigue siendo bajo verificándose en aspectos como la calidad de la sanidad y la ausencia de medios básicos como el agua potable y la electricidad. No hay una calificación adecuada para evaluar la capacidad del Estado en enfrentar los desastres naturales y el cambio climático.
La situación de la mujer dominicana se refleja en la desigualdad de la situación laboral. La mayoría de ofertas laborales es de mala calidad, verificándose una concentración excesiva en la capital.
Pero para ilustrar el cuadro de pobreza social y de indigencia podemos citar el aumento desproporcionado de la delincuencia y el crimen en los barrios y comunidades, así como el negocio de las drogas y la corrupción a niveles insospechados.
Nuestros servicios públicos han decaído en un 60%. No existen sistemas pluviales adecuados. ¿Es este un país de clase media?
Volveremos sobre el tema para situar la gran votación del PRM entre los pobres a contrapelo del voto oficialista.