Periódico La Nación / Viernes 23 de Junio del 2000
Por: Santiago Cuesta Cury
Son muchos los hijos de esta tierra de Duarte, Sánchez, mella y Luperón que desde el 1844 le han negado el pan de la democracia a más de 8 millones de dominicanos, a lo mejor la suerte no ha estado de nuestro lado al elegir nuestros gobernantes. La historia democrática de la Republica Dominicana, nunca ha podido llenar el espacio necesario para que cada ciudadano dominicano tenga lugar de respeto en su tierra de origen.
La llegada de un nuevo gobernante dominicano, salido de las propias entra las de la madre democracia en el parto del pasado 16 de mayo, nos abre un espacio en la esperanza de la gente. Quizás el espacio de todos los dominicanos hemos esperado. El ingeniero agrónomo Hipólito Mejía, es hijo legítimo de la madre democracia, elegido libremente por voluntad de pueblo dominicano para dirigir los destinos del país durante los próximos cuatro (4) años.
Queremos un presidente democrático, pero para que eso sea realidad es necesario eliminar un gran número de acciones y procedimientos que destilan una imagen reeleccionista y caudillista, que hasta la fecha de hoy se lleva a cabo. Por ejemplo, el famoso retrato del presidente de la Republica en todas las instituciones de estado incluyendo los cuerpos castrenses de las fuerzas armadas y la Policía Nacional. Que hermoso y democrático seria si colocamos en vez de esa famosa foto, el escudo nacional o las fotos de los padres de la patria solamente. Converse con varias de las embajadas existentes en el país, para obtener información acerca de las fotos de los presidentes en las instituciones des estado de esas naciones, la respuesta de las embajadas entrevistadas es que en algunos de los países la fotografía de los presidentes o primer ministro no es obligatoria y en la mayoría de los casos la fotografía existente es la de sus libertadores.
Salvo en el caso de la Republica de Costa Rica, donde su excelencia del embajador Mario Garnier me comunico que en su país la fotografía se coloca en todas las instituciones del estado, pero al asumir la presidencia de la Republica el Doctor Miguen Ángel Rodríguez, uno de los primeros secretarios fue eliminar esa práctica.
Tenemos también la repartidera de juguetes, canastas navideñas, electrodomésticos y otras cosas ofensas humillantes, que realizan los presidentes dominicanos, como si se tratara de una conversación personal del presidente de la Republica y con del dinero de los contribuyentes, eso no es democracia regalar lo que no es de usted.
Son muchas las madres dominicanas, que han sido maltratadas y atropelladas en este tipo de acción, igualmente han pasado con los niños, tanto en el palacio nacional como en la avenida Máximo Gómez No. 25. Donde es una ocasión en la calle 30 de Marzo la entrega de un juguete se convirtió en la muerte a destiempo de un niño inocente a manos de las fuerzas del orden.
Por otro lado, el canal nacional o televisión dominicana debe ser un medio educativo y de orientación ciudadana, no in instrumento al servicio del presidente de la Republica u de algunos políticos que la utilizan con fines disociadores. Hemos viso como en las campañas electorales el canal nacional es utilizado de manera abusiva en favor del candidato del gobierno de turno.
Acabemos de una vez y para siempre con las famosas inauguraciones del presidente de la Republica salvo algunos casos que ameriten su presencia, si construimos hospitales que los inaugure el Secretario de Estado de Salud, si son escuelas la Secretaria de Estado de Educación y así, y de esa forma lograr el desarrollo de nuestra democracia y alejar de una vez y para siempre el martirio reeleccionista u caudillista que ha gobernado los destinos del pueblo dominicano.