LA NBA se prepara para reanudar la temporada 2019-20 la próxima semana, y lo hará dentro de un mundo radicalmente distinto al que teníamos cuando interrumpió su actividad el pasado 11 de marzo. Los asesinatos de George Floyd, Breonna Taylor y Ahmaud Arbery provocaron protestas y demostraciones de repudio en todo Estados Unidos, poniendo nuevamente sobre el tapete los problemas causados por la desigualdad e injusticia racial.

La NBA y la Asociación Nacional de Jugadores de Básquetbol (NBPA, por sus siglas en inglés), sindicato que congrega a los deportistas de la liga, han impuesto para el reinicio de la temporada el objetivo de combatir contra el racismo sistémico y promover la justicia social, incluyendo pintar sobre la cancha la frase “Black Lives Matter” y plasmar distintos mensajes relativos a la justicia social sobre las camisetas de los jugadores.

Si bien la lucha es más visible hoy en día, la presente generación de jugadores de NBA y WNBA ha dado un paso al frente y alzado su voz durante varios años, al verse directa e indirectamente afectados por estos temas.

No todas las luchas se han desarrollado en público. No todas las acciones han generado movimientos. Pero todas han causado impacto.